A mediados de los setenta del siglo pasado apareció, discretamente, un grupo originario de Omaha con un nombre algo estrafalario, Mannheim Steamroller, algo así como Locomotora de vapor de Mannheim, el cual sería mejor conocido por el título de sus discos: Fresh Aire. Comandados por el baterista Chip Davis, el pianista Jackson Berkey, y Eric Hansen en el bajo, del grupo se decía que trabajaban como músicos de estudio haciendo jingles publicitarios y debido al éxito de sus pegajosas melodías alguien les recomendó que grabaran un disco. Ninguno de sus integrantes imaginó el éxito mundial que tendrían como pioneros de lo que después, entrada la siguiente década sería llamada música new age, un híbrido en general de mediocre música instrumental ligada a un difuso movimiento pseudo-espiritual al cual se subió mucho del oportunismo mercantil discográfico de la época. Fue justamente cuando este movimiento alcanzó su auge mayor a mediados de los ochenta que Mannheim Steamroller, preso del mismo furor mercantil, comenzó a declinar, al menos en cuanto a la calidad de sus trabajos discográficos, pues comercialmente significó su auténtica internacionalización, lo que se tradujo en giras por Estados Unidos e internacionales, llegando a venir a México al Auditorio Nacional. Incluso los publicistas gubernamentales usaban su música para promocionar los "logros" de las políticas oficiales.
A la usanza de Led Zeppelin y Peter Gabriel, los discos se intitulaban de manera consecutiva en forma numérica. Los primeros cuatro estaban relacionados temáticamente con las cuatro estaciones del año, y a partir del quinto con temas que aspiraban a una mayor seriedad y hondura temática, como el sueño de Kepler, el infinito, los griegos, etcétera. Pero en términos musicales, cada disco era más decepcionante que el anterior: conforme el tema del álbum era más complejo, la música era más simple y pretenciosa, más chiclosa y chafa, y el ego de su líder, Chip Davis, se disparó a alturas inconmensurables. Originalmente sis discos aparecían con la leyenda "Fresh Aire by Mannheim Steamroller", la cual fue sustituida por la de "Music by Chip Davis", que es como todavía aparece en los CDs actuales. Teniéndolos, así como los dos primeros discos en vinyl, puedo comprobar que en un principio no era así.
Los discos originales eran realmente breves, ninguno de los cuales, duraba más de 35 minutos, lo cual es agradecible a la luz de lo que serían los subsiguientes. Fresh Aire V, por ejemplo, con apenas 34 minutos de duración, tiene momentos insoportablemente melosos y efectistas, como salidos de una mala película romanticona, y es el disco que puede considerarse transición hacia su etapa más mediocre y conformista, pero de más éxito comercial.
En nuestro quinto aniversario les compartimos los primeros cinco discos de este grupo icónico de la música underground, antes de que fueran embajadores de esa chirriagua llamada música new age.
gustaba algo pero la empecé a escuchar por los 80s. ahora que conosco un poco más es algo que quería ser como flirk o focus, pero mucho muy amelcochada. y tienes mucha razon; los primeros fueron buenos, o ultimo es insufrible. Ahora me quedo con lo que hizo Thijs Van Leer , en esos mismos años. muchas gracias por compartirlo
ResponderEliminarNo funciona el link
ResponderEliminarpor favor...